"Los Saboteadores"
¿Cuántas ocasiones has intentado realizar un cambio o perseguir un sueño,
pero una alarma interna ha empezado a sonar?
El ser humano tiende a mantenerse invariable, todas las personas tenemos una voz de autosabotaje, capaz de ponernos obstáculos en nuestros sueños y proyectos. Esta voz nos limita y nos recuerda lo difícil que va a ser.
Esas voces son “Los Saboteadores”. Su misión: mantener el sistema tal y como está
¿QUÉ SON LOS SABOTEADORES INTERNOS?
Los saboteadores son verbalizaciones o pensamientos internos, que se basan en ideas irracionales y obsesivas, y nos hacen dudar de nuestras capacidades, habilidades, talentos, etc. Emergen de nuestros miedos y se convierten en grandes obstáculos en el camino hacia nuestros objetivos, impidiéndonos que hagamos cualquier cambio para mejorar. Viven en el reino de los miedos, se alimentan de pensamientos limitantes y les encanta el victimismo.
Su fin es sabotear cualquier intento de cambio.
¿CÓMO LOS IDENTIFICO?
-Se presentan de formas diferentes, siempre con algo en común: absorben tu energía y motivación, devorando la felicidad.
1– El Juez:
Es el saboteador universal, los otros son cómplices que lo ayudan a mantenerse en sus ideas negativas. Tiene todos los argumentos para que no emprendas y las justificaciones de porqué te fue mal en algo. Se alía con la culpa, vergüenza y remordimiento.
“Siempre te pasa lo mismo”
“No tienes tiempo para hacer…”
“Ya no tienes edad para…”
4 – El Catastrófico:
Este saboteador se caracteriza por ser ansioso, sospechoso e intenso. Está constantemente vigilando cada fallo que cometas. Su objetivo es que abandones cualquier proyecto llenándote de pensamientos catastróficos. Todo supone un peligro, por lo que te aísla de tus sueños y de otras personas.
“No lo vas a soportar”
“Provocarás cosas terribles"
"Tienes mala suerte"
2 –El Compasivo:
Su fuerza es la compasión, evita el conflicto y las situaciones placenteras, se preocupa en no hacer daño a los demás, ni a ti mismo. Se obsesiona con la paz, y esto te impide que avances.
“Esto no es para ti”
“No vale la pena intentarlo”
“Va a ser peor”
5 – El Complaciente:
O también llamado Encantador. Este saboteador quiere ayudar a otros, siempre con el fin de quedar bien con todo el mundo. Su prioridad es la imagen que das a los demás, olvidándose de cuál es tu verdadera identidad. Te hace perder personalidad e individualidad y además se queja de falta de reconocimiento.
“No digas eso”
“No pienses diferente”
“Nadie te quiere”
3 –El Conservador:
Este saboteador debe tener el control en todo momento. Su principio es: “mejor malo conocido que bueno por conocer”. Su objetivo es que permanezcas en tus rutinas, dentro de tu zona de confort, y que no intentes cambiar nada. Tratará de inmovilizarte.
“Ya no vas a cambiar”
“Mejor no lo intentes”
6 –El Destructor:
Este saboteador tiene como objetivo que te sientas como una víctima. Busca constantemente malas experiencias para exagerar los sentimientos negativos y dañar tu autoimagen. Te destruye todo lo positivo que tengas: sueños, objetivos, moral, etc., con frases contundentes como...
“No vales para nada”
“Eres un inútil”
“Todo te sale mal”
¿QUÉ NOS PROVOCAN?
-Nos hacen sentir mal, poniendo en duda cualquier objetivo que queramos conseguir, de esta manera nos provocan sentimientos y emociones contrapuestos.
-Nos llevan a la confusión e incluso a sentirnos hipócritas con nosotros mismos, pues en la mayoría de las ocasiones van en contra de nuestros valores. De esta manera consiguen bajarnos la autoestima, la confianza y la seguridad.
-Nos desilusionan y se llevan toda nuestra energía.
El peor daño causado, es por aquellos que llegan a convencernos de que sus mentiras tienen el propósito de ayudarnos, en lugar de ir en nuestra contra. Van ganando terreno hasta instauraste cono verdades absolutas.
En definitiva, te paraliza, anulando e impidiendo tus cambios, y obstaculizando tus éxitos.
¿CÓMO COMBATIRLOS?
-Lo primero que tienes que saber es que el auto-saboteador NO eres tú.
-Es cierto que es una parte de tus pensamientos, pero ellos NO te definen.
¿Te ha ocurrido alguna vez esos espasmos del párpado del ojo que parecen incontrolables? ¿Has pensando alguna vez que todo tu cuerpo está fuera de control y que no hay nada que hacer? ¡NO verdad! Tú no eres tu párpado del ojo, si no que eres mucho más que eso: órganos, músculos, huesos, venas,etc,. El ojo es solo una parte del cuerpo y no es correcto generalizar. Pues con este tipo de pensamientos es igual. Tan solo son una parte de todo el entramado de lo que forma nuestra mente, dentro de un conjunto de ideas, valores, sensaciones, emociones y experiencias.
-En nuestra mano está darles voz y voto.
Las claves son:
1.-Identifícalos:
Mantente alerta para cuando aparezcan, el primer paso es ser consciente que nos habla un saboteador y conocer cuál es su papel (Juez, Compasivo, Destructor,etc,.). Esto nos permite conocer qué sensaciones nos producen y además bloquear el sabotaje, ya que nos da la posibilidad de ponernos como observadores.
2.- Personifícalo:
Ponle un nombre, descríbelo, imagina su carácter. Esto nos ayuda a tener claro que no somos nosotros. Nos distancia de estos pensamientos problemáticos y nos ayuda a ponernos en una posición de lucha. ¿Quién va a llevar las riendas? ¿Ellos o yo?
3.-Desactívalos:
Busca esa posible intención positiva. Tómatelo como un consejo de alguien. Es decir, escúchalo por respecto, acepta que posiblemente quiera tu bien, e incluso agradéceles por el aviso, pero NO permitas que rompa tu idea. Se está equivocando y tú se lo vas a demostrar.
4.-Fortalece tus valores:
Hazte ver, y demuestra quien eres. Para ello lo primero es tener claro nuestra identidad, quienes somos, y como hemos llegado a ello (Usa tu caja de recuerdos y saca todas las capacidades y habilidades que te han permitido conseguir todos tus logros). Después márcate objetivos y lucha por ellos.
El objetivo es debilitarlos y que no dominen tu vida.
¡Eres tú quien tiene el poder de decidir lo que quieres!
“No te quedes sentado esperando que lleguen las cosas a ti.
Lucha por lo que quieres, hazte responsable de ti mismo”.
Michel Tanus
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