La Técnica de la Tortuga
¿Crees que has intentado todo para calmar a los mas peques?
¿Has pensado que seguramente ellos tampoco quieran comportarte así?
Cada niño es diferente y por eso no todos aprenden de igual manera. Lo que todos tienen en común es que están creciendo y necesitan herramientas para poder
regularse y controlarse ellos solos.
Esta es una opción para trabajar el autocontrol.
¡Ponla en marcha!
¿Qué es?
En muchas ocasiones los niños tienden a responder de una manera desbordada, haciendo daño a otras personas y a ellos mismos. Esto no quiere decir que el niño sea más o menos bueno, si no que posiblemente aún no ha aprendido una manera correcta de regular y manejar esas emociones.
Con esta técnica se hace una analogía de la tortuga. Ésta cuando se siente amenazada se esconde en su caparazón, en el cual está segura, y espera a que pase el peligro para salir y tomar una decisión.
De la misma manera se le enseña al niño a replegarse dentro de su caparazón imaginario, a tranquilizarse y relajarse, y a buscar una solución eficaz que le reporte lo que la
emoción o sensación le está pidiendo.
¿En qué consiste?
El aprendizaje se programa en 3 fases:
1.Se enseña al niño a responder a la palabra "tortuga”, al principio el adulto le
puede indicar con la palabra que ha entrado en una situación o circunstancia que puede llevarle a alterarse.
Implica encogerse como una tortuga en su caparazón, cerrando su cuerpo y metiendo su cabeza entre sus brazos.
2.Tras tomar conciencia de ello, se le enseña a relajarse, mediante la contracción y estiramiento de los músculos, a la vez que realiza respiraciones profundas.
Esto reduce sus niveles de tensión y, a la par, decae la probabilidad de responder de manera impulsiva.
3.Último paso, enseñar al niño a utilizar técnicas de solución de problemas para evaluar las distintas alternativas para manejar la situación que le ha llevado a hacer la tortuga.
¿Con qué objetivo?
El principal objetivo de esta técnica es trabajar la impulsividad y el autocontrol en los más pequeños.
¿Qué efectos tiene?
Al trabajar de esta manera no sólo conseguimos que los niños aprendan a controlar sus respuestas, sino que, además aumentan en:
-AUTOCONOCIMIENTO:
Lo primero de todo es que los niños tienen que identificar sensaciones y emociones, en muchas ocasiones desconocidas. El pararse y observar qué está ocurriendo en su cuerpo y en su mente es un paso más para conocerse. Los pasos para regular y manejar emociones comienzan siempre por identificar y darles un nombre.
-AUTOESTIMA:
Son ellos quienes están aprendiendo a gestionarse. No necesitan que alguien de fuera, normalmente un adulto, le corrija siempre o estén encima de ellos.
-AUTOCONCEPTO:
Se dan cuenta que no son “niños malos”. Una etiqueta así genera indefensión en los niños. Si ellos creen que son malos, se comportarán como niños malos. Conocer que se trata de una manera de manejar una situación, les da poder para seguir construyendo su identidad.
-AUTOEFICACIA:
Percibir que son capaces de resolver sus problemas, saber que disponen de herramientas útiles y sobre todo, encontrar la manera de conseguir lo que realmente quieren, les aporta sensación de éxito.
"El Cuento"
Esta es la historia de una pequeña tortuga a la que le gustaba jugar a solas y con sus amigos. También le gustaba mucho ver la televisión y jugar en la calle, pero no parecía pasárselo muy bien en la escuela.
A esa tortuga le resultaba muy difícil permanecer sentada escuchando a su maestro. Cuando sus compañeros y compañeras de clase le quitaban el lápiz o la empujaban, nuestra tortuguita se enfadaba tanto que no tardaba en pelearse o en insultarles hasta el punto de que luego la excluían de sus juegos.
La tortuguita estaba muy molesta. Estaba furiosa, confundida y triste porque no podía controlarse y no sabía como resolver el problema. Cierto día se encontró con una vieja tortuga sabia que tenía trescientos años y vivía al otro lado del pueblo. Entonces le preguntó:
-¿Qué es lo que puedo hacer? La escuela no me gusta. No puedo portarme bien y, por más que lo intento, nunca lo consigo.
Entonces la anciana tortuga le respondió:
-La solución a este problema está en ti misma. Cuando te sientas muy contrariada o enfadada y no puedas controlarte, métete dentro de tu caparazón (encerrar una mano en el puño de la otra y ocultando el pulgar como si fuera la cabeza de una tortuga replegándose en su concha).
Ahí dentro podrás calmarte. Cuando yo me escondo en mi caparazón hago tres cosas.
En primer lugar, me digo – Alto - luego respiro profundamente una o más veces si así lo necesito y, por último, me digo a mi misma cuál es el problema.
A continuación las dos practicaron juntas varias veces hasta que nuestra tortuga dijo que estaba deseando que llegara el momento de volver a clase para probar su eficacia.
Al día siguiente, la tortuguita estaba en clase cuando otro niño empezó a molestarla y, apenas comenzó a sentir el surgimiento de la ira en su interior, que sus manos empezaban a calentarse y que se aceleraba el ritmo de su corazón, recordó lo que le había dicho su vieja amiga, se replegó en su interior, donde podía estar tranquila sin que nadie la molestase y pensó en lo que tenía que hacer.
Después de respirar profundamente varias veces, salió nuevamente de su caparazón y vio que su maestro estaba sonriéndole.
Nuestra tortuga practicó una y otra vez. A veces lo conseguía y otras no, pero, poco a poco, el hecho de replegarse dentro de su concha fue ayudándole a controlarse.
Ahora que ya ha aprendido tiene más amigos y amigas y disfruta mucho yendo a la escuela.
¿Y ahora qué?
Ahora que ya sabemos la técnica y conocemos sus efectos es el momento de ponerla en marcha.
Para trabajar con los niños se necesita sobre todo PACIENCIA, además del cariño y el amor.
Esta técnica requiere entrenamiento, tanto para identificar las emociones ( que no es algo fácil para los niños) como para enseñar el proceso de la relajación y solución de problemas. Y es por eso que se debe dividir el proceso en fases, y enseñar cada paso, asegurándonos que los dominan y que pueden pasar al siguiente.
La técnica de la Tortuga es una herramienta genial para que la aprendan con otros niños y entre ellos vean su efectividad, pero si no fuera posible también se puede trabajar en casa.
No te apures si no se siente cómodo o no lo convence. Recuerda que el niño es el protagonista y es él, el que tiene que querer
aprender.
Existen muchas otras técnicas para trabajar el autocontrol y la relajación en los niños, que iremos viendo en siguientes entradas del blog.
- El semáforo.
- El globo.
- Rueda de la emoción.
- Caja de herramientas.
-Etc.
Recuerda
NO HAY NIÑOS BUENO O MALOS, SI NO NIÑOS QUE NO CONOCEN
OTRA MANERA DE RESPONDER A ESA SITUACIÓN
Enseñarle a un niño a no pisar una oruga es tan importante para la oruga como para el niño
Bradley Millar
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